En busca de un ruso

Sorrento, 1966. El protagonista no ha tenido mucha suerte en los últimos tiempos. Pero el azar le permite jugarle otra mano al Destino. Ajedrez. Espías. Historias del pasado que vuelven y desafían al viejo truhán. Para ajedrez, necesito modelo de ruso. Jugador. Época soviética. Pensaba en él flaco y huesudo, con nariz rapaz. Pero se me cruzan otras imágenes. Creo que me apoyaré físicamente en el gran maestro ruso Shirov, al que conocí en el Magistral de León. Me cayó bien. Mucho. Un oso grande, rubio, de aspecto bonachón. Pelo cortado a cepillo como un erizo, ojos tiernos y líquidos. Casi apenados. Mejor ése, me parece. Sí.


Sin comentarios


Trackbacks

  1. Zarayth Fermín